En 1933 un grupo de amigos decidieron viajar a San Sebastián para conocer el funcionamiento interno de las sociedades gastronómicas vascas, con el objetivo de fundar una similar en Burgos. Este es el origen de la Peña Recreativa Castellana, que aprueba sus primeros astutos el 3 de noviembre del mismo año. Fueron quince los socios fundadores y Gerardo San Martín su primer presidente. La primera sede social estuvo ubicada en unos bajo de la Calle La Puebla, de donde se pasó a la Calle Vitoria (en el 19 actual), siendo este local e Al comienzo de la Guerra Civil esta sede fue expropiada por el clero castrense. De ahí se pasó a la C/ Calera, posteriormente a la C/ Progreso y, actualmente en la C/ Cervantes.

La Recreativa Castellana se ha destacado por conjugar tradición burgalesa, cultura castellana y participación cívica a lo largo de sus años de historia. A ello han ayudado de manera destacada dos de sus socios más ilustres, los artistas Fortunato Julian y Román García que, no solo han decorado las paredes de la Peña sino que, además han compartido su arte a través de las carrozas de los Sampedros -acreedoras de multitud de premios-, de los disfraces de Carnaval y de ambientaciones en el Día de las Peñas.

Un hito destacado en la historia de la Recreativa es la fundación en 1975 del grupo de blusas ‘Los Mangas’ para participar en las fiestas patronales de la ciudad. Un grupo juvenil, con unos 150 integrantes, que ha garantizado el relevo natural para esta añosa sociedad. Siguiendo esta estela se pusieron en funcionamiento otras secciones, como el Mangas C.F., veterano equipo chuletero, el grupo de teatro ‘Los Tartufos’ o la comparsa de Carnaval.

La Recreativa Castellana continua propiciando el encuentro de distintas generaciones en torno al buen cantar y haciendo cumplir el refrán castellano que sentencia que «no hay bien probada amistad sin haber comido comido con ella una fanega de sal». Esta es la base de una sociedad que espera con ilusión y mucha marcha llegar a ser centenaria.